martes, 14 de mayo de 2013

Maria Yudina la pianista favorita de Stalin


Dmitri Shostakovich y Vladimir Sofronitsky eran sus compañeros de clase en el Conservatorio de Petrogrado. Estudió con Anna Yesipova y Félix Blumenfeld. Heinrich Neuhaus la recomendó para un puesto en la facultad del Conservatorio de Moscú, Sviatoslav Richter dijo de ella que era un "inmenso talento". Sin embargo, ella estaba detrás de la cortina de acero de la Rusia Soviética.

Maria Yudina  FUENTE

Ella era desconocida para el público internacional. Era una mujer de un gran valor, era una cristiana fervorosa defensora de la música clásica moderna, incluyendo a Igor Stravinsky, Karlheinz Stockhausen y Pierre Boulez, y una crítica del sistema político soviético. En numerosas ocasiones, a Yudina se le prohibió la interpretación pública, la docencia, y hacer grabaciones.

Stalin adoraba su manera de interpretar, quizás por eso ella sufrió mucho menos de lo normal a manos de uno de los tiranos más sanguinarios de la historia. Una vez donó el dinero que recibió por parte de Stalin tras escuchar una grabación suya del concierto para Piano No. 23 de Mozart, a la Iglesia ortodoxa rusa para "oraciones perpetuas por los pecados de Stalin", incluso esta vez se libró de un castigo ejemplar. Se dice que la grabación estaba en el tocadiscos de Stalin cuando murió, fue lo último que había escuchado.





Tuvo los más grandes elogios por sus interpretaciones de los grandes clásicos Bach, Mozart, Beethoven... Ella no sólo tocaba el piano, durante los conciertos, leía poesía de autores como Boris Pasternak, que estaban prohibidos en ese tiempo. Ella tenía un corazón grande y puro. No es de extrañar que su tumba en Moscú ha sido un lugar de peregrinación desde su muerte.


Vía: Forte piano pianissimo y  Crossroads Cultural Center

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