miércoles, 5 de octubre de 2016

El hombre que escapó más de 200 veces de un campo de prisioneros nazi


Para casi todos, escapar una vez de un campo de prisioneros nazis era más que suficiente. La primera vez que lo hizo Horace Greasley, fue la primera de muchas. Lo más increíble es que después de escapar volvía de nuevo y todo para encontrarse con una chica.

Su historia es verdaderamente asombrosa, aunque la fama le vendría después, cuando fue fotografiado mirando desafiante al jefe de las SS, Heinrich Himmler, después de enfrentarse con él por la falta de alimentos en el campo de prisioneros. En la foto, Greasley enseña a Himmler la parte de arriba de su cuerpo, para demostrarle su delgadez por la falta de alimentos.

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Pero prosigamos con sus fugas. Dicen que el amor lo vence todo, y eso era cierto en su caso. Rosa Rauchbach, así se llamaba la mujer que lo esperaba al otro lado del alambre. Rauchbach tenía más que perder con el encuentro que Greasley pues ella escondía sus raíces judías a los nazis.

Greasley nació el día de Navidad de 1918, en Ibstock, Leicestershire. Se incorporó al ejército al principio de la Guerra. Después de siete semanas de entrenamiento, aterrizó en Francia con la Fuerza Expedicionaria Británica y fue rapidamente capturado, en de mayo de 1940, durante la retirada de Dunkerque. Después de ser capturado, tuvo que soportar una marcha de 10 semanas a Bélgica, donde subió a un tren y finalmente llegó a un campo de prisioneros de guerra en la Silesia polaca. Muchos de sus compañeros murieron durante el viaje.

Fue aquí, donde conoció a Rosa Rauchbach que tenía 17 años. Ella era la hija del director de una cantera de mármol cercana al campo. Ella sabía hablar inglés, y empezó a trabajar para los alemanes como intérprete en el campo de prisioneros. Surgió una química instantánea entre ellos. En cuestión de semanas, los enamorados se reunieron en secreto para llevar a cabo su historia de amor bajo las narices de los guardias. Pero un año después Greasley fue envíado a un campo llamado Freiwaldau, a unos 70 kms de distancia. Sin embargo él estaba decidido a reunirse con Rosa.

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Fue allí donde Greasley inició todas sus escapadas. Calculó el tiempo que tardaba la guardia en ir de un lado a otro. Eran dos guardias en sentido contrario. Cuando se alejaban el aprovechaba y saltaba por la ventana. Horacio enviaba mensajes a Rosa por medio de los equipos de trabajo que realizaban su labor fuera del campo. Greasley era el peluquero del campo y cuando sus compañeros llegaban a cortarse el pelo le daban las respuestas de Rosa.

Tan pronto como tenía oportunidad, Greasley pasaba por debajo del alambre de espino y atravesaba terreno enemigo para ver a Rauchbach. A menudo recorría más de 30 kms de distancia para llegar al lugar de reunión designado. A medida que pasaba el tiempo, y los nazis comenzaban a perder la guerra, los guardias relajaron su vigilancia.De nuevo fue trasladado a otro campo, que era más abierto, al lado de un bosque. De ahí también salía por la ventana.

Pero esta historia no tuvo un final feliz. Después de la derrota de los alemanes, Horace recomendó a Rosa cuando ella solicitó un trabajo como traductora para los estadounidenses, consiguiendo el puesto. Greasley regresó al Reino Unido pero al tiempo recibió noticias de que ella estaba embarazada y que había muerto junto a su bebé en el parto. Él no supo nunca si el niño era suyo.


Vía: War History Online

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